MIFAUNA

Los perros son animales con buena memoria, y tienden a asociar ideas que siempre van juntas.

 

Por ejemplo tras varias veces viendo como su dueño le llenaba su plato con pienso de un saco, el propio animal comenzó a rasgar un saco de patatas interpretando que cualquier saco contenía comida para perros.

 

Además de las formas, los perros recuerdan los olores, gracias a su espectacular olfato, y pueden seguir un rastro recordando un olor, tal y como vemos en las peliculas y documentales cuando se les dá a oler una prenda de una persona desaparecida y el perro enseguida se dispone a buscar el rastro.

 

A los perros se les adiestra con lógica, ya que aunque no saben lo que queremos decirle, ellos enseguida saben lo que su dueño le recrimina pero siempre y cuando la llamada de atención sea inmediata.

 

El premio por el buen comportamiento

 

Cuando nuestro perro obedezca una órden, aunque sea de forma fortuita, hay que premiarle con una caricia o darle  una galleta para perros, para que se encuentre satisfecho de haberselo ganado.

 

De la misma manera, hay que reprocharle la conducta cuando haga algo que no debe.

 

Cualquier palabra más alta de lo normal será considerada por el perro como un aviso, y tanto es así que con un grito del amo es suficiente para paralizar al perro. pero no en todas las ocasiones.

 

Los perros se suelen despistar cuando los soltamos en el campo, y la mayoría de las veces saldrán corriendo aunque vengan mas tarde.

 

Cuando un perro se nos escapa de nuestro lado, quizá un grito no sea suficiente para hacerle recapacitar, porque en esos momentos el perro está pensando nada mas que en correr, así que cuando esto no es suficiente hay que probar otros métodos como los que ofrecve un  collares educativo electrónico que puede generar una vibración o un impulso electrostático molesto pero totálmente inofensivo.

 

Tanto la vibración como el impulso eléctrico es  generado por un collar a pilas,  pero el perro lo nota de forma que al suponerle algo desconocido, enseguida lo asocia a su acción, y pronto se reconduce.

 

Un perro casi siempre obedece al amo, pero a menos que seamos unos expertos adiestradores, la mayoría de las veces no sabemos como transmitirles las ordenes para que nos entiendan.

 

Como el perro aplica su lógica, y partiendo de la base de que con un grito paramos su acción, los ingenieros que desarrollaron el  collares de adiestramiento pensaron que sería buena idea disponer de un aparato que recibiera las órdenes que diera el dueño del collar, y así se hicieron los primeros prototipos hasta que se han modernizado y actualizado a las necesidades actuales.

 

Estos  collares educativos electrónicos son para perros adultos y no son recomendables para cachorros precisamente porque aunque el collar no sea dañino, los perros son tan pequeños que no podrán interpretar la llamada de atención ni lo que queremos decirles y lógicamente se asustarán.