MIFAUNA

Está claro que los dueños de los perros no pueden acompañarles durante 24 horas del día, así que esta es la clave para decidir que hacer co el perro, si dejar que ladre a sus anchas o colocarle un collar antiladridos que de alguna manera haga de vigía cuando nosotros no estemos.

 

Así funcionan los antiladridos

 

El collar antiladridos como hemos explicado en muchas ocasiones, consta de dos partes principales:

 

La centralita y el collar

 

El collar es simplemente un collar sin más, exáctamente igual que los collares estandar, que suele ser de nylon, poliuetano, plástico o cualquier otro material y que no tiene nada en especial, ya que puede ser sustituido por cualquier otro, aunque se recomienda la utilización del que viene en el kit para no tener problemas con la sujección del otro componente, la centralita electrónica.

 

La centralita electrónica es la que va colgada del collar y es la que genera, según el modelo un aviso que puede ser un ultrasonido, una vibración o un impulso electrostático y por tanto debe estar siempre en contacto con el cuello del animal para que si este recibe una señal electrostática, los bornes metálicos de la caja de la centralita serán los encargados de transmitir la descarga inovensiva a través de la piel del perro..

 

Estos avisos se generan inmediatamente que el perro ladra, el anima asociará enseguida el ladrido al aviso, y esa es la lógica que utilizaron los creadores del collar antiladridos, y precisamente esa es la clave para que el perro deje de ladrar puesto que el aviso es más inmediato que el tiempo que tarda el perro en reaccionar.