MIFAUNA

El collar antiladridos ha sido diseñado para reconducir el comportamiento asocial del perro que ladra indiscriminadamente y por eso se han integrado en estos collares dispositivos electrónicos que sirven no solo para apercibirle o castigarle si se empeña en ladrar sino que también para reconocer que los sonidos que recoge el micro son ladridos.

 

Gracias a este circuito de reconocimiento de voz, la centralita determina si el sonido que capta el micro es un golpe seco, un pitido, música o ruido ambiental, pues el sensor no salta hasta que el sonido captado es exactamente un ladrido.

 

Cuando la centralita recibe la onda sonora convertida en información, analiza el sonido para determinar si lo captado es un ladrido y si fuera así, a continuación analiza el volumen e intensidad del ladrido.

 

Si el ladrido es débil, el collar no actúa porque seguramente será el de otro perro, así que el sistema no actuará hasta que el ladrido sea lo suficientemente grande como para determinar que procede del perro que lleva el collar.

 

Todo este proceso de analizar y actuar, lo hace el sistema en décimas de segundo, por lo que se puede decir que el collar antiladridos actúa en tiempo real.

 

Una vez confirmado que el ladrido es del portador del collar antiladridos , es cuando ordena el aviso que como hemos comentado en otros blogs, puede ser una vibración, un pitido molesto, una dosis de espray de limón o una descarga de electricidad estática.

 

El reconocimiento del ladrido es la mejor función que ofrece el collar y es esencial que a la hora de comprar un antiladridos tengamos en cuenta que el collar tenga incorporada esta función.